Nada le hace más ilusión a una mamá y un papá, sobre todo si son primerizos, que arreglarle la habitación a un bebé por venir. Sin embargo, ese cuarto de bebé que con tanto primor, amor e ilusión se decora, está destinado a cambiar rápidamente.
Y es que cuando a los pocos meses el o la bebé comienzan a caminar y comer solos, con esos primeros signos de independencia viene la evolución del cuarto de bebé a la habitación de un niño o niña. De lo que se trata es de crear un ambiente espacioso y sobre todo seguro, donde los niños puedan jugar y tener sus juguetes, y también dormir.
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La cuna puede ser transformada es una pequeña cama o sofá, o puede ser sustituida por una cama cuna a la que la niña o niño pueda acceder independientemente, sin ayuda. Estas camas suelen ser más bajas que lo normal, e incluso estar directamente sobre el piso (floor bed), para mayor seguridad.
Tan importante como una cama accesible, es que los niños tengan cajones para guardar y clasificar sus juguetes: así aprenderán que junto con la independencia y los derechos que supone, también vienen las responsabilidades. La mecedora que se usó para amamantar, puede ser usada como la silla donde la mamá o el papá le lea cuentos al niño antes de irse a la cama. Si la habitación no es muy grande, tal vez sea preferible prescindir de ella.
Una mesa y un par de sillas a escala son ideales, lo mismo que el color de las paredes en tonos pastel o en colores más vivos, que ayudarán a lograr el nuevo ambiente.
Si el mueble cambiador no puede ser transformado en un mueble con un propósito más utilitario ajustado a la nueva edad del dueño o dueña de la habitación, es mejor prescindir de él para que los niños tengan más espacio para jugar.
fotos: Pinterest.com/decoraonline